Una de las principales características de las tomas de terreno era la solución mancomunada y solidaria de las necesidades cotidianas de los habitantes que la componían.
Necesidades básicas de alimentación, salud, cuidado infantil, autoprotección, entre otras eran cubiertas a través del trabajo organizado de hombres y mujeres.
Un ejemplo de esto es la necesidad de generar estrategias de cuidado infantil para que las madres pudiesen realizar labores remuneradas fuera del hogar, de esta manera es que surgen espacios comunitarios de cuidado a la primera infancia que luego se convertirían en Jardines Infantiles Comunitarios.
Esta labor fue realizada en su mayoría por las mismas pobladoras del sector, las que con un sentido de solidaridad y centradas en la experiencia y aprendizaje popular cuidaban y formaban a los hijos e hijas de los pobladores.